Según datos de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), el romero es fuente de fibra, calcio, hierro, magnesio, zinc, potasio, taninos, ácido rosmarínico, rosmaricina, folatos, tiamina, riboflavina, vitaminas A, C y B6.
Adicionalmente, señalan que “las hojas y sumidades floridas de romero contienen taninos (un principio amargo), vitamina C, ácido rosmarínico, una saponina y el alcaloide rosmaricina (responsable del efecto estimulante)”. El romero es una planta que no solo se utiliza en el ámbito gastronómico, sino que también se utiliza para cuidar la piel y el cabello.
Asimismo, sus principales beneficios son: reduce la inflamación, estimula la circulación sanguínea, combate molestias intestinales y fortalece los capilares débiles. También favorece el aprendizaje y la memoria, combate las bacterias, anemia y alivia dolor de migrañas. Adicionalmente, protege el hígado, ayuda contra el agotamiento físico y mental, la depresión, la caída del cabello y elimina las hemorroides. Además, es vigorizante, calma dolores musculares y articulares, mejora la digestión de los alimentos, fortalece el sistema nervioso, sana heridas y cicatriza.